La Correntosa viajó al 4to Encuentro Nacional de la Red de Alimentos Cooperativos en Jujuy, participamos del nacimiento de una federación y trajimos productos de distintas provincias.
El sol acariciaba el borde de las montañas cuando llegamos a Maimará, el pueblo que recibió más de 140 personas del sector de la Economía Social y Solidaria organizadas en pos de la soberanía alimentaria este pasado Agosto.
Participar de esta instancia nos condujo por 10 provincias, de Villa La Angostura a la Quebrada de Humahuaca, en tres autos que avanzaban como pequeños ríos por la vasta extensión de los valles andinos.
Nos encontramos con productores, cooperativas y organizaciones vinculadas a la producción de alimentos del Sur, NEA, NOA de Argentina, y también, de Chile y Bolivia; con representantes de universidades nacionales de Jujuy, Salta y Buenos Aires y trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA).
3 días de encuentro, talleres, debates y planificación, enfocados en fortalecer la red de alimentos que se caracterizan por estar libres de agrotóxicos, ser de producción campesina tradicional y de cooperativas de trabajo, dotados de identidad cultural.
Uno de los objetivos que guían a la Red de Alimentos Cooperativos, es la cooperativización de la cadena de valor: desde la producción a la logística, comercialización y consumo.
Frente a un sistema social cada vez más fragmentado, creemos valioso haber puesto el foco en la búsqueda de centros de acopio que puedan ser compartidos entre distintas organizaciones del sector de acuerdo a cada región; la proyección de logísticas de transporte comunes; y el diseño de un sistema de intercambio de producciones para que estos productos tengan mayor alcance.
En Cauqueva, la cooperativa de trabajo anfitriona del encuentro, la producción lleva en sí memoria y resistencia. Fideos secos, puré deshidratado y otros productos elaborados con maíz y papas autóctonas. La importancia de esa elección radica en potenciar su siembra y así proteger su legado. La nuestra está en elegir su consumo. Maíces de diversos colores y formas, papas andinas moradas, blancas y papa oca.
A diferencia de la Patagonia, la Quebrada nos presentó un invierno fresco y seco, propio de los Valles Templados de Jujuy y la Puna. La resiliencia de la vida en este entorno árido, susurra historias antiguas, tejidas por manos que conocen las curvas de este paisaje cultural, con sus cerros de colores de sedimentos marinos, lacustres, y fluviales, donde los pobladores han mantenido un vínculo ancestral con la tierra habitada.
Viajar nos permitió conocer. Conocer productos de otras regiones, incluso de las zonas más alejadas de la Quebrada y de la Puna y en qué contextos se producen, y dar a conocer los que se originan también en nuestra localidad.
Como resultado, ya estamos vinculados a productores de los cuales incorporamos parte de sus producciones a las compras comunitarias y la despensa: mieles de Córdoba y Entre Ríos, aceitunas rellenas y frutos secos de La Rioja, fideos y chicitos de maíces andinos, yerba de Corrientes, porotos y harinas de Salta.
El trabajo en red entre cooperativas es una respuesta directa a problemas sociales y económicos. En este encuentro constituimos un paso importante en este sentido, que es la conformación de una federación en pos de potenciar esta economía asociativa que permite la planificación conjunta entre productores, proveedurías y consumidores del sector, y nos acerca al tejido de una red latinoamericana.
Gracias por constituir este entramado y posibilitar este viaje. La Correntosa la conformamos consumidores organizados con la certeza de encontrar en el modelo de la Economía Social y Solidaria estrategias hacia la seguridad alimentaria a través de un consumo consciente en relación al origen de cada alimento.
Desde la luna sobre los cerros hasta el viento que susurra entre los cardones, este viaje también nos conectó con una tierra que lleva siglos alimentando a quienes la cuidan y la trabajan.